La fundación del Real Zaragoza (II). Una deuda de 1001,80 pesetas

Estamos en Septiembre de 1931, y como hemos contado anteriormente, todos los clubes a nivel nacional están sumidos en una fuerte crisis económica. Los clubes dejan de ingresar dinero, y los gastos suben, una situación inasumible

La sangría de equipos modestos que desaparecen por motivos económicos, es muy preocupante. Los campeonatos Regionales se devalúan, y aquellos equipos que no juegan en la liga española a penas disponen de partidos de interés para sufragar sus gastos. Para remediar esa situación la Federación Española, re-estructura los Campeonatos Regionales, y crea los Campeonatos Mancomunados, donde equipos de diferentes Federaciones se unen para crear una competición con más aliciente para el aficionado y de esta manera conseguir mayores taquillas.

El Iberia se mancomuna en la Federación Centro, con los equipos madrileños, mientras que el Zaragoza lo debe hacer en la Guipuzcoana. Si bien en esos últimos meses de 1931, poco importaba, el eco de la negativa a fusionarse del Zaragoza seguían resonando con fuerza, y la lucha en el campo por la hegemonía zaragozana se atisbaba cuando menos estimulante.

Sin embargo, la tortilla da la vuelta, y el futbol aragonés sufre un terremoto cuando la Federación Española notifica el día 2 de diciembre de 1931 la expulsión de la Federación española y la perdida de los derechos federativos del Zaragoza, por no satisfacer una deuda de 1.001 pesetas con Osasuna.

El Zaragoza quedaba expulsado de cualquier competición nacional, un cataclismo en la sede tomate, quedándose el Iberia como único exponente aragonés.

¿Cómo es posible que el club con más musculo económico, y con los socios más acaudalados pierdan los derechos federativos arruinando el futuro y la historia del club? Muy sencillo la cabezonería aragonesa. Ese carácter tan nuestro, antes muertos que dar nuestro brazo a torcer.


La principal causa, que llevará a unirse avispas y tomates, es producto de una historia que solo puede pasar en esta bendita tierra, y que ha pasado durante años oculta, pero pasamos a detallar.

Todo comienza con Una de las mayores broncas y revueltas que se recuerdan en Zaragoza sucedió el 15 de febrero de 1931,el encuentro que tiene por escenario Asalto, entre el Real Zaragoza (tomate) y Osasuna quedó suspendido a los ocho minutos de comenzar El árbitro echa a dos jugadores locales por agresividad, los futbolistas organizan una tangana, el público una revuelta y el colegiado huye a la caseta. El trencilla fue detenido y puesto a disposición del Gobernador civil por negarse a que prosiguiera el encuentro. 



Mucho podemos decir de este partido, pero preferimos que directamente lo lean de la crónica, 


 

El partido se suspende, el árbitro termina en comisaría, se devuelven el importe de las entradas, y se da el dinero no devuelto a la beneficencia.

 Resumiendo, en ocho minutos dos expulsados, trifulcas, revueltas, el partido suspendido y a consecuencia el arbitro sale detenido del campo...  Acaso termina aquí la historia surrealista de este partido?, no en absoluto.

Indignados la Junta Directiva del Real Zaragoza, interponen formalmente a la Federación la protesta, solicitando la impugnación y descalificación del árbitro Sr. San Sebastián



El día 6 de Abril la Federación notifica el Fallo del Comité Nacional por la suspensión del Partido. Suspenden al colegiado Sr. San Sebastián, por el desconocimiento del Reglamento, injustificado la suspensión del partido. A su vez fallan en contra el Real Zaragoza a renunciar a la repetición del partido (lo que supone dar por finalizado el partido, y no recibir ingresos por taquilla) o pagar los costes de desplazamiento a Osasuna.

El Real Zaragoza replica, el día 8 de Abril de 1931, la decisión suplicando: La Revisión del fallo, imponiendo en su caso al colegiado Sr. San Sebastián a abonar el desplazamiento del Osasuna y la autorización de la Federación para interponer una demanda civil al Sr. San Sebastián por daños y perjuicios.

Una replica que no tiene contestación alguna por la Federación, aunque si se ponen un par de veces en contacto con el Real Zaragoza para anunciarles, la fecha de la repetición del partido, para pocos días después, la federación volver a comunicarle al Zaragoza la suspensión.




Entre suspensión y suspensión llegamos al 14 de Mayo y les anuncia la Federación, que definitivamente el partido se repetirá el domingo 17 de Mayo. El Zaragoza prepara todo, anuncia el partido, y el sábado por la tarde recibe el telegrama de la suspensión, de nuevo del partido, por haber concertado Osasuna un partido del Campeonato de la República (campeonato de los equipos vascos). El Real Zaragoza entra en cólera , ya que le parece una tomadura de pelo, y no acepta una nueva suspensión, se juega si o si, y además si debía pagar los costes del desplazamiento del Osasuna, lo hiciera con su primer equipo, no siendo problema del Zaragoza que hayan organizado un partido paralelo.

La federación da la razón al Zaragoza y finalmente se desplaza el Osasuna, con solo tres jugadores del primer equipo, ya que el resto se desplazan a San Sebastián a jugar la Copa de la República, negándose el Zaragoza al pago del desplazamiento ya que habían condicionado a que se disputara el partido con el equipo completo tal y como habían acordado con la Federación.

Pasa el tiempo sin noticias, y con fecha 19 de Junio se recibe una carta de la Nacional en el cual se le insta al Real Zaragoza al pago de 1001,80 pesetas, en concepto del desplazamiento de Osasuna a Zaragoza para la repetición del partido suspendido. El Real Zaragoza impugna la decisión del comité nacional, pero no recibe contestación...

Mientras espera la contestación nos plantamos en Octubre, el día 11 Osasuna viene a Zaragoza lo cual aprovecha el equipo navarro, para reclamar el día 8  oficialmente el pago de las 1001.80 pesetas. El Real Zaragoza contesta con copia a la federación nacional que están pendientes de contestación de recurso. El día 10 por su parte la Federación española escribe un telegrama el que insta al Zaragoza al pago de dicha cantidad a Osasuna, antes del 11 de octubre por la tarde de lo contrario se le incautaría la taquilla del partido.



El Real Zaragoza no cumple, por estar desacuerdo en el pago de las famosas 1001.80 y con fecha 12 de octubre se le insta al Zaragoza a explicar las causas del incumplimiento, el Real Zaragoza lo hace y con fecha 29 de Octubre el Comité Nacional falla de nuevo: Instando al pago antes del 15 de noviembre de lo contrario sería expulsado de la Federación.

El Real Zaragoza como todos los clubes de la época estaban escasos de liquidez económica, y ningún socio quería adelantar esa cantidad por considerarla totalmente injusta.

Coincidiendo que el día 29 de noviembre recibe al Real Unión de Irún, y se espera un taquillazo, se solicita formalmente el día 13 Noviembre a pagarlo en fracciones de 250 pesetas, hasta que tengan la liquidez necesaria, gracias a la taquilla del partido ante el Irún, ante la cual responde el Sr. Cabot (secretario de la federación) QUEDENSE CON ESTE NOMBRE, que les contestarán, autorizando a no hacer frente a ningún pago hasta que reciban respuesta de la Federación.



La Federación responde, que No acepta el pago fraccionado y que deberá hacer frente el día 1 de Diciembre, tras el partido ante el R.U, Irún al pago integro de las 1001.80 pesetas.

El Zaragoza acepta, llega el final tan rocambolesco como el principio, unos días antes del partido del Irún, la Federación Nacional suspende el partido, (si saberse los motivos), aplazando el partido al día 13 de Diciembre, ante lo cual el Zaragoza se queda sin liquidez para afrontar el pago de las 1001.80 pesetas y solicita al igual que se aplaza el partido, aplazar el pago  al día del partido del Irún el 13 de Diciembre.


No hubo contestación, el dia 2 de Diciembre la Federación Nacional, comunica la expulsión y la pérdida de los derechos federativos al Real Zaragoza de forma irrevocable.


Por una cabezonería aragonesa, por luchar por algo que creen simplemente de justicia, por no aceptar una deuda de 1001.80 pesetas,  el importe de un desplazamiento, el Zaragoza pierde la licencia, la historia y el prestigio.





Muchos nos preguntaremos, es mucho o poco 1001.80 pesetas para la época? Si una entrada para un partido de liga oscilaba entre 3,60 y 2,10 pesetas..... y en el Real Zaragoza se aglutinaba familias de las mas acaudaladas de Zaragoza....


Una historia que solo se comprende, viendo la película D.Erre que Erre de Paco Martínez Soria, antes muertos que dar nuestro brazo a torcer.


Desde aquí lanzamos la idea al Real Zaragoza, que en el Centenario de los Tomates, o fechas significativas, como muestra nuestro carácter noble pero tozudo, hacer frente a la deuda histórica y pagar a la Federación Española, la deuda de 1001.80 pesetas, es decir 6.02 Euros, casi un siglo después.


Un partido que dura 8 minutos, un arbitro detenido e impugnado, una deuda de 1001.80 pesetas (6.02 euros) y la cabezonería aragonesa por defender en lo que cree hasta el último aliento.


El Real Zaragoza agoniza.




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