
Si elaboráramos un hipotética clasificación de los mejores jugadores del la historia del Real Zaragoza, la gran mayoría de nosotros nunca lo incluiríamos, sin embargo fue un jugador que lo dio todo, hasta lo más sagrado.. siendo esto el eje central de esta historieta.
Como ya habrán adivinado muchos de ustedes estamos hablando del internacional argentino Darío Franco, un jugador que marcó una época y que tiene el honor de ser uno de los pocos jugadores que la hinchada le dedicó una canción propia.
"¿Dónde vas Darío Franco, porqué vienes hacia aquí?
Voy corriendo al Fondo Norte porque acabo de marcar...
un golazo de cabeza y os lo voy a dedicar.
Con cojones Zaragoza hoy vamos a machacarª
Darío Franco era un 5 argentino clásico, que barría todo el centro del campo y sacaba fluido el balón de la defensa, el Zaragoza pagó 600.000 € (100 millones de pesetas de las de antes) para hacerse por sus servicios a Newell's Old Boys en 1991.
En seguida enganchó con su juego y su personalidad a la Romareda y a Victor Fernández con su juego, siendo un asiduo titular del mejor equipo zaragocista de la historia, aquel que ganó la Copa en el Calderón y la Recopa de Europa con el 5 a la espalda que después heredaría Nayim en el Parque de los Príncipes, el cual tuvo que ver el gol desde la Grada junto a Cafú ya que meses atrás había sufrido una importante lesión de rodilla jugando con Argentina la Copa de América.
Sin embargo, al margen de su trayectoria profesional, su fútbol o su palmarés, Darío Franco pasó a la historia del fútbol mundial el 12 de Abril de 1992.
Darío Franco estaba hecho de otra pasta, era un luchador nato, apretó los dientes y a pesar de un dolor y de un gran quemazón en sus partes, se levantó y continúo jugando el sin mirar un momento que le había pasado allí abajo. Le quemaba, ardía sus partes nobles sin embargo siguió.. hasta que el árbitro pitó el final con la victoria zaragocista en el municipal...
Nada más llegar al vestuario el Doctor Villanueva le solicitó que se bajara el pantalón para revisar si había sufrido algún daño... entonces se descubrió todo el "pastel"... tras la caída de un líquido que contenía abundante sangre y de otros fluidos corporales se pudo ver la dantesca realidad: un testículo asomado por un agujero en el escroto y el otro testículo totalmente fuera y directamente colgando varios centímetros.
Al ver todos aquella situación en el vestuario "dicen las malas lenguas" que el míster Víctor Fernández vomitó, a la vez que Aguado y Gay cayeron fundidos. Rápidamente fue trasladado al hospital donde se le realizaron 10 puntos en sus partes directamente, SIN ANESTESIA.
Siempre se ha dicho que hay jugadores de fútbol que se dejan los "huevos" en cada partido, Darío Franco además metafóricamente, también lo hizo literalmente.