Corría mediados de Abril de 1929 y todo Zaragoza se vistió de fiesta para recibir su primer partido internacional de la historia. Tan de fiesta que a los franceses, en el viejo Torrero, se les encasquetaron ocho goles.
Fue una fiesta completa. Durante días estuvo toda Zaragoza de celebraciones pre y post partidos, homenajes y hasta jotas conmemorativas a los participantes.
Media hora antes del partido ya estaba el campo del Iberia totalmente lleno, había ansias por ver a la selección de España. Numerosas personalidades y personas de la farándula como Miguel Fleta llenaban las gradas.
Todo parecía que iba sobre ruedas y siguendo la más absoluta normalidad pero...
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Corrió a cargo del árbitro inglés designado por la FIFA. No se sabe si por devoción a la Virgen del Pilar – que Rimet era un creyente fervoroso- o por echar un ojo al colegiado, el presidente de la FIFA presidía el encuentro franco hispano.
El árbitro se llamaba, nada menos, que Albert James Prince Cox, nacido en Portside el 8 de agosto de 1890. Era capitán retirado de la RAF, con brillante hoja de servicios en lo que entonces de llamaba “la Gran Guerra”, sin saber la que estaba por llegar… Venía de arbitrar en Viena un Austria – Italia que había sido una batalla campal. Los italianos salieron, antes que lo dijera el Duce Mussolini, a “vincere o morire”. Con razón. Porque los austriacos se negaron a poner la bandera italiana en el mástil del estadio junto a la bandera local. Y la banda de música en vez de interpretar el himno italiano tocó una marcha fúnebre. ¡Oh, los felices, románticos, locos y pacíficos años veinte…!
Total, que el capitán Prince Cox llegaba a Zaragoza con todas las cautelas ante un enfrentamiento entre dos países de tradicionales malas relaciones.
Y cuando empezaron a sonar los himnos de los países contendientes, se declaró neutral. Y mientras los jugadores se ponían más o menos firmes, él optó por tumbarse en el césped.
Alguien interpretó la actitud del colegiado como un enfado porque entre los himnos previstos no figuraba el del Reino Unido. Pero no deja de ser chocante que un militar, aunque en situación de retirado, cometiera tal desafuero de cortesía y respeto a algo tan sagrado para un hombre de la milicia como unos himnos nacionales.
Un partido histórico, con un resultado histórico, con una anécdota surrealista
Ficha del partido
ESPAÑA (roja /azul): Zamora; Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, Gaspar Rubio, Paco Bienzobas, Yurrita.
FRANCIA (azul/blanco): Henric; Vallet, Bertrand; Dauphin, Banide, Villaplane; Dutheil, Lieb, Nicolas, Veinante, Galley.
Goles: 1-0 Bienzobas (7’); 2-0 Rubio (35’); 3-0 Rubio (57’); 4-0 Bienzobas (pen, 65’); 5-0 Goiburu (62’); 6-0 Rubio (77’); 7-0 Goiburu (80’); 8-0 Rubio (84’); 8-1 Veinante (87’).
Tras la conclusión nuestro peculiar colegiado quiso dejar por escrito, el gran partido disputado de la selección española y su gran evolución futbolística.
Todo un personaje este "príncipe".