Corre el Otoño del Año 1927, con un par de partidos
disputados por equipo la liga regional de Aragón de primera compuesta por
Iberia, R.Zaragoza, Huesca, Patria Aragón y Juventud presentaba una gran
igualdad.
El domingo 23 de Octubre de 1927 era el turno del partido en
Villa Isabel entre el titular del campo, los azulgranas del Huesca F.C. y los
tomates del Real Zaragoza C.D.
El partido había levantado una gran expectación, y no era
para menos, ya que aquel equipo que consiguiera la victoria se podría en lo más
alto de la clasificación.
Por un lado los del Real Zaragoza organizan un
servicio de autobuses para el desplazamiento de sus aficionados, mientras que los del Huesca habilitan una taquilla especial
para el despacho de localidades en la Plaza de toros de Huesca.
Llegó el gran día y con ambiente increíble a las órdenes del
colegiado catalán Sr. Arribas da comienzo el partido.
A los quince minutos de juego se queda el Huesca con 10 por
lesión de su mediocentro Larrosa (entones no se permitía la sustitución de
ningún jugador), sin embargo poco antes del descanso el azulgrana Feliú bate de
un potente disparo a Zubeldía, llegándose al descanso con 1-0, propinando los
aficionados oscenses una gran pitada en el camino a los vestuarios al
colegiado, ya que consideraban que estaba pitando deliberadamente a favor de
los zaragozanos.
Nada más empezar la segunda parte el jugador “tomate” Peiró
consigue empatar el partido, y poco después tras un fallo del portero oscense
Lanzarote, consigue Asensió dar la vuelta al marcador 1-2 a favor de los
zaragozanos.
El campo empieza a presionar al árbitro a pitarle, empiezan
los aficionados oscenses a desesperarse con las decisiones del colegiado, pero
a falta de 20 minutos para la conclusión un balón bombeado al área zaragocista
lo introduce de nuevo Feliú con el pecho
al fondo de las redes zaragocistas , suponiendo el empate y el júbilo en el
Villa Isabel….
Sin embargo el árbitro pita falta a favor del Real Zaragoza
y anula el Gol.. y se monta la mundial: Los aficionados saltan al campo, siendo
agredido el árbitro. Con la ayuda de los directivos y la fuerza pública alcanza
el árbitro la caseta de vestuarios donde suspende el partido por invasión del
terreno de juego.
Los directivos del Huesca confiados a que se atenderá lo que
consideran su justa demanda, solicitan a la Federación Aragonesa que se pongan
en contacto con el Colegio de árbitros de la Federación Catalana para que sea
amonestado el colegiado por su actuación deliberada. De la misma manera presentan
el 27 de Octubre una reclamación formal en la reunión de la Federación solicitando
la repetición del partido. La reclamación es aceptada y se convoca a una
reunión extraordinaria dos días después, el sábado 29, para esclarecer lo
sucedido y tomar una decisión al respecto.
Como en el anterior capítulo hemos comentado, existían dos
bloques diferenciados: Iberia – Juventud por un lado, Zaragoza-Patria-Huesca
por otro, lo que había provocado que la federación estuviera en manos “tomates”
, sin embargo todo iba a cambiar y con una jugada maestra Jose María Muniesa
recuperará la presidencia de la Federación a favor del Iberia.
Comienza la reunión, tras la exposición de pruebas, el
Delegado del Huesca solicita la suspensión y repetición del partido, amenazando
que en el caso de no llevarse a cabo el Huesca abandonaría la liga e incluso la
federación. El Real Zaragoza, está molesto por lo sucedido y solicita se de por
terminado el partido con el resultado con el que fue suspendido 1-2. El Patria intentó acercar posiciones y
propuso la reanudación del partido en Huesca, disputándose los 20 minutos que
quedaban de jugar, sin embargo el Huesca acepta reanudar solo en el caso que se
de por validez el gol y sea con 2-2, ante lo cual el Real Zaragoza se niega,
escudándose que el gol no fue dado validez.
Durante horas, dos aragoneses erre que erre, Real Zaragoza –
Huesca discutiendo pensando cada uno que lleva razón, más propio de una
película de Paco Martínez Soria que de una reunión federativa, sin llegar a
ningún acuerdo y sin ceder un ápice de su postura. Mientras el delegado del
Iberia comiendo palomitas, esperando a que llegue el momento y a fuego lento
cocinar la jugada maestra.
Con la desesperación del
momento, pasada la media noche, el Huesca enrocado en repetir el partido o de
lo contrario se disuelve interviene el Sr. Muniesa Delegado del Iberia y
resuelve: En vista de que no hay forma de llegar a un acuerdo y según la
protesta del árbitro y el informe del Colegio Regional no procede otra solución
legal que la descalificación del Campo de Villa Isabel por tres mees y dar por
terminado el partido con la victoria del Zaragoza por 1-2.
El Huesca interpela que si es esa la decisión final que adelante pero que ya les adelanta que con casi total seguridad el Huesca se retiraría del campeonato y la federación, lo que si podía asegurar era que como al día siguiente jugaban en el Campo del Arrabal ante el Patria, aunque él lo intentaría, pero ya anticipaba que no se iban a presentar.
Fue aprobado el acuerdo
por unanimidad (con el voto a favor del Huesca incluido), levantándose la
sesión pasadas las 2.00 de la madrugada.
Al día siguiente el
Huesca notificó al Patria que no se presentaba en el Arrabal, y nunca más se
supo del Huesca F.C, ante los intentos de los medios partidarios al R.Zaragoza
de reconsiderar la decisión a todas las partes e impedir la disolución del
Huesca, no fue posible La propia federación volvió a citar al Huesca, para
volver a tratar el tema y la incomparecencia ante el Patria, pero jamás nada se
supo de ellos. El día 5 de Noviembre se
anuncia que es dado de baja el Huesca de la Federación por incomparecencia y
silencio de la sociedad.
Los jugadores del Huesca
fueron rifados, casos como Villarrodona que firmó con el Iberia y el Zaragoza, pero
que con el voto de calidad del presidente de la federación (Muniesa) se aprueba
su pase al Iberia, nos da el mejor ejemplo de cómo iba a ser la nueva época que
comenzaba en el fútbol aragonés.
Murió el Huesca luchando
por unos ideales. El Iberia recuperará la federación e impondrá su hegemonía,
mientras que será el principio del fin del Real Zaragoza, que pierden en los
despechos la federación y quedan relegados a un tercer puesto en liga por
detrás del Iberia y el Patria en el terreno de juego.
Huesca se queda con el
R.C.D. España de Segunda categoría con camisola roja y pantalón blanco como el
equipo representativo de la ciudad y con la indignación y la sensación de ser
ninguneados por los equipos del Zaragoza. Una sensación de centralismo que aún
hoy se mantiene.
El Huesca FC muere en
1927 víctima de su cabezonería aragonesa, pero pronto resurgirá otro equipo
azulgrana que cogerá su relevo. Nace en 1929 el Club deportivo Oscense, que en
1931 cambiará de nombre a Club Deportivo Huesca, pero sufrirá ante el nuevo
Zaragoza (el actual Real Zaragoza), en Torrero una humillación deportiva
histórica y que nunca ha podido ser vengada.
Continuará…